domingo, 16 de marzo de 2008

Las huevas del caballo bayo

Desde el punto de vista de las huevas del caballo bayo, el mundo limita arriba con un semicírculo siempre sombrío y sudoroso (la guata del caballo bayo), a los lados con una especie de aletas (que después de mucho investigar resultan ser el nacimiento de las patas del caballo bayo), atrás con un mechón nervioso (la cola) y abajo con el pasto o la tierra, indistintamente; a veces con el agua.
Las huevas del caballo bayo se desplazan según la orientación que les dan las patas -las dos de los lados que apenas puede ver y las dos de adelante que visualiza con toda perfección-. La verdad es que las huevas pertenecen al cuerpo del caballo bayo, pero constituyen un mundo aparte, con una visión propia de las cosas que le es desconocida, por ejemplo, a la cabeza del caballo bayo. Aun así, es una visión que depende del resto del cuerpo, especialmente del movimiento de las patas.
La vida de las huevas es súper monótona: todo el día el mismo escenario; siempre la misma guata venosa y peluda, las patas moviéndose y de repente la cola dándoles brochazos casuales que las hacen sentirse bien.
A veces aparecen, desde el cielo negro que es la guata, el cuello y la cabeza del caballo, que se agachan para arrancarle pasto al suelo o a un saco. El cuello y la cabeza siempre andan juntos, lo que hace pensar a las huevas que, tal como ellas, constituyen una pareja.
Muy rara vez se asoma, inmediatamente delante de su vista, una especie de quinta pata, pero sin pezuña, que crece lentamente. Hubo un par de veces en que esa visión fue seguida de una especie de desplazamiento de la línea del horizonte. En vez de ver suelo las huevas del caballo bayo vieron cielo y, un momento después, unas ancas de yegua a las cuales se acoplaba la quinta pata. En dichas ocasiones a las huevas les correspondió sudar la gota gorda, pero al volver a la línea habitual del horizonte se sintieron inexplicablemente contentas, livianitas.
Un día las huevas pasaron por una plaza y divisaron la escultura del caballo de Bernardo O’Higgins, justo cuando el caballo bayo levantó la cola. El diálogo fue el siguiente:
-Hola, huevas de piedra.
-Hola, huevas de caballo bayo.
-Estamos aburridas. Siempre lo mismo. La vida no tiene sentido para nosotras. ¿Cómo se ve el mundo desde allí?
-Penca. Lo mismo de siempre. Un soldado en el suelo; a veces unas palomas que se paran en la cabeza del soldado. En nuestra vida hemos visto dos árboles que han crecido y que después han cortado. Y ahora, un edificio que está subiendo. Bueno, y la gente y los autos que pasan.
-¡Es magnífico! Nos gustaría conocer eso. Nosotras vemos puros zapatos. Nos hablan de la gente y no nos podemos imaginar qué será eso.
-¡Pero ustedes se pueden mover! Conocen mundos diferentes. Nosotras, que somos de piedra, estamos condenadas a la inmovilidad.
-¿Y qué más da que nos podamos mover? ¿Nos sirve de algo acaso, si el escenario es el mismo?
Bueno, y así fueron desahogándose las cuatro huevas. Ninguna estaba contenta de su suerte y los dos pares se miraban con recíproca envidia.
Lamentablemente, esta historia sin grandes pretensiones y que hasta el momento transitaba por rutas entre descriptivas y filosóficas, no tendrá un buen final. El caballo bayo se fue poniendo mañoso y un buen día, sentados a la mesa, Pedro y su mujer determinaron cortarle las huevas. A la mañana siguiente se levantaron muy temprano y le amarraron las patas. La mujer lo engañó con palabras bonitas, mientras Pedro vino por detrás con un cuchillo y le cortó las huevas.
El caballo bayo sufrió mucho, pero eso qué le importaba a las huevas, que estaban muertas, en una bandeja.
Las huevas del caballo bayo fueron cocidas en una olla con abundante agua, sal y especias, y comidas por Pedro y su mujer, quienes a la hora de limpiarse la boca con una servilleta y beber un vaso de vino, comentaron, casi al unísono:
-Estaban ricas las criadillas.

1 comentario:

S. M. L. dijo...

Rescato los dos comentarios originales

mentecato said...
Ocurrentísima narración. Cómo hacer de las huevas un buen relato. Oficio de plumas maestras.

1:06 AM
Lucy Sombra said...
está muy bueno, de todo mi gusto, y eso que soy vegetariana.
besos
l.

11:20 PM