jueves, 20 de marzo de 2008

El bicho y el búho

Un bicho salió y miró; luego se volvió a entrar. Al rato volvió a salir. Giró la cabeza hacia los cuatro puntos cardinales y se entró. Diez minutos después repitió la operación.
Un búho lo miraba desde una rama. El búho miraba fijo, sin cerrar los ojos. El bicho salió por cuarta vez; miró a todos lados y se entró. El búho no se movía.
Llegaba la noche.
El bicho salió. El búho lo miraba fijamente. Luego el bicho se entró. El búho no se movía.
Dieron las doce. Era una noche sin luna.
El bicho salió, no vio nada y se entró. El búho ya no estaba en la rama. Había echado el vuelo.
Pasaron algunos minutos cuando algo se movió en la tierra, unas ramitas milimétricas. Era el bicho, que salía y entraba de nuevo.
Dieron las seis de la mañana. Cantó el gallo.
El bicho salió, miró la mañana y se entró. Diez minutos más tarde repitió el proceso: emergió, miró a todos lados y se entró. El búho había vuelto a su rama luego de su excursión nocturna. Miraba fijamente al bicho cuando éste salía.

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