lunes, 20 de abril de 2009

Las tortugas envejecen complacidas

Las tortugas idearon un mundo propio, ajeno a la ley natural que gobernaba la selva. Convendría decir que no por más viejas eran más inteligentes; pero sí, en su favor, que la vejez les había proporcionado una perspectiva previsora de la que los demás animales carecían. Y así, mientras las tortugas envejecieron, la selva inconsciente permaneció siempre joven.
Tanta riqueza nacida del miedo debía materializarse, por lógica. En el claro más hermoso fue edificado un palacio al que ni siquiera el león pudo acceder. Sólo a las tortugas les era dado disfrutar de sus manjares y sus fuentes de mármol.
Intrigado y envidioso, el león designó a un espía para que obtuviera información. Eligió al mono por sus dotes atléticas. Al día siguiente el mono sorteó los elevados muros del palacio y grabó todo lo que vio, tal como se le había encomendado. Por consejo de su madre no le llevó personalmente la cinta al león sino que se la mandó a dejar con la jirafa, lo que no gustó nada al rey, pues ya lo había incluido en el menú previo a la película.
Las imágenes, de baja definición, mostraban al grupo de tortugas ancianas pasando la velada echadas en sus canapés, hablando de una y otra cosa, pero principalmente de la edad y la salud. Entre plato y plato de lechugas aparecían galenos que las sometían a complejos exámenes, de los cuales salían como rejuvenecidas. El mono tuvo el acierto de enfocar sus rostros en primer plano. Exudaban satisfacción y apego a la vida, pero detrás de los ojos semicerrados y las bocas amables que coronaban sus gigantescas papadas se percibía un ligero desasosiego. Todo esto causó grotesca impresión al león; le tomó semanas recuperarse.
Las tortugas habían restringido los nacimientos. La codicia, el egoísmo y sobre todo la multitud de ancianas que vivían más y más las llevó a eso; se percibía claramente en las imágenes grabadas por el mono.
El león citó a la selva, comunicó la noticia y llamó a plebiscito. La papeleta decía simplemente: "Seguimos como estamos o no". A la hora de votar, los animales hicieron fila ante la urna. Por la noche el recuento de votos arrojó el siguiente resultado. Por el "Sí", 53 por ciento. Por el "No", 44 por ciento. Blancos, 1,2 por ciento. Nulos 1,8 por ciento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un democrata el Leon....y todo sigue igual.....

Besos