lunes, 10 de febrero de 2020

La hormiga Edelia, su hermana Juanita y el niño

Edelia era una hormiguita hacendosa; desde niña trabajaba sin chistar y aprendía de los mayores. Su hermana chica se llamaba Juanita y salió antojadiza y remolona, sin que ello significara un calvario para la colonia, pues su carácter se equilibraba con creces gracias a su vivacidad y simpatía. De todos modos sus avatares eran para Edelia una carga doble, pues debía acompañarla siempre a todas partes; así se lo habían ordenado.
Una mañana calurosa de verano las pilló a las dos recolectando miguitas. Edelia se echó una grandota en la espalda y regresó al hormiguero; en el camino Juanita intentaba botársela para darse un banquetazo allí mismo. En el tira y afloja Edelia percibió una luz inusual. Miró al cielo y vio algo increíble: el ojo gigante de un niño a través de un cristal. Al momento sintió un calor insoportable. ¡Corre, Juanita!, le gritó a su hermana, pero ya era tarde.
El brillo del sol, aumentado por la lupa que manejaba el niño, las hizo humo en un segundo.

No hay comentarios: