miércoles, 7 de julio de 2010

Las nubes y el tábano

Las nubes portando melancolía se desplazaron de un pueblo a otro, llevaron sombras negras a la tierra fértil y la cubrieron de lluvia.
Siguieron su lento vuelo hasta chocar con la montaña; allí descargaron su rabia, le dieron una y otra vez a la roca. Sólo consiguieron que brillara.
Desde un arbusto las miraba un tábano. ¿Quedará mucho para poder saltar a echarme en el lomo del buey? -pensaba.
Las nubes seguían pasando, pasaron todo el invierno y parte de la primavera, hasta que llegó el calor y se evaporaron. La tierra ardía. Había llegado la hora del tábano.
-Ya es tarde para mí, pensar que mis mejores días los pasé en esta rama -se lamentó el insecto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así estamos.... con una bandada de tábanos.... que piensan que se les pasó el arroz....

Besos