viernes, 9 de julio de 2010

El gusano y sus alumnos, y los tres espíritus

El gusano entró a la universidad y se recibió de profesor. En la clase no se cansaba de repetirles a sus alumnos: si estudian se superarán.
Los gusanitos lo veían salir extenuado del colegio, casi sin voz en la garganta. Una tarde sucedió lo que a continuación se narra.
-El viejo va arrastrando la bufanda.
-Písasela.
-No, mejor písasela tú.
-Yo le meto conversación y ustedes se la pisan.
-Ya.
Y así ocurrió. Uno de los alumnos se acercó a él y comenzó a hablarle de una infinidad de temas, que el maestro gusano escuchaba con placer, mientras se decía, satisfecho: ha valido la pena el esfuerzo.
De pronto se quedó sin aire, y los gusanitos huían como rayos de una rueda.
Su funeral fue uno de los más imponentes en la historia de la selva. En su epitafio se lee: "Maestro Gusano: toda una vida dedicada a la enseñanza".
Al ingresar al Valle de los Muertos lo salieron a recibir tres espíritus. El de alas de dragón lo estudió con desprecio y siguió de largo, buscando almas de su talla. El de piel de león ni siquiera lo miró. El de cabeza de pollo se lo comió.
Ya estaba el maestro gusano dentro del infierno, condenado por su propia estupidez.

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