jueves, 31 de julio de 2008

El perro exitoso y el perro fracasado

Por la misma calle caminan dos perros sin amo. Los separan apenas cuatro cuadras de distancia. Rumia su imaginario fracaso el primero, escupiendo al suelo. Es un quiltro de buena estampa, casi pasa por animal de raza. Echa espuma por el hocico y de vez en cuando enseña los colmillos. Los demás cuadrúpedos lo evitan, prefieren arriesgar sus vidas cruzando la calzada a mitad de cuadra antes que toparse frente a frente con su aura de perro malaspulgas. El segundo no le sigue los pasos, aunque va en su misma dirección. Ejemplar de mayor tamaño, producto de singular cruza callejera, parece no tener apuro. No se trata de que ande saludando a medio mundo, no es ésa la prueba de su éxito, sino más bien la capa de pelo de camello que lo cubre la que habla a las claras de su posición en el canino mundo.
El dios de los perros los vigila desde el cielo. La diosa de los perros también los ha visto mientras come terrones de azúcar, echada en un canapé. El dios de los perros dictamina: ese, fracasado; aquél, exitoso. La diosa se extraña de su gesto tan severo indicando con el índice.
-Ya estás juzgando -se ríe.
-¿Cuál te gusta más para que te haga compañía? -la provoca. Ella los mira y contesta:
-Ese.
El dios de los perros ríe a carcajadas de las tentaciones de su esposa.
-¡Ese! ¡El fracasado! -no para de reír. Ella se engulle otro terrón y le responde:
-¿Y qué?

2 comentarios:

García Pérez Hugo César dijo...

bueno..te sigo pues..

Anónimo dijo...

jeje me encantan esos perdedores callejeros....