sábado, 25 de octubre de 2008

La ostra y la morsa

Bajó la morsa al fondo del mar y halló a una ostra. La ostra no alcanzó a esconderse. A la morsa se le despertó el apetito.
Por qué te has venido a este lugar tan apartado, preguntó la morsa.
La ostra respondió que prefería filtrar a los seres marinos desde el fondo del mar y que si se recluía era porque temía que los demás le hicieran daño.
Qué daño te vamos a hacer, si aquí en el fondo del mar somos todos iguales, dijo la morsa.
No es lo que me parece, ni aún en el fondo del mar, dijo la ostra, que era cautelosa. Entonces le contó su historia. Yo me guardo porque no veo a nadie como yo. Yo me doy sólo a los críos, porque en la sinceridad de la infancia los críos son como yo y yo soy como ellos. Cuando crecen veo que ellos se guardan y yo me guardo nuevamente.
La morsa replicó: Tal vez todo el mundo piensa igual.
La ostra dijo: Ojalá fuese así, pero no lo demuestran.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MMM temo volverme una ostra....con este frió invierno.....arrebujada en la cama con un buen libro entre las manos....