lunes, 24 de noviembre de 2008

Las sanguijuelas celebran asamblea

Hubo una asamblea mundial de sanguijuelas. Habló la presidenta. Esto dijo:
No va quedando mucha sangre, de modo que habrá que usar el seso.
Preguntaron desde atrás.
Y cómo.
Respondió la presidenta.
Lo aconsejable es la aventura y la expansión. Hasta el día de hoy hemos vivido confinadas en un espacio reducido.
¿Le parece?, intervino una sanguijuela más bien conservadora. La presidenta contestó:
Claro que sí.
No queda rincón por explorar, replicó la fila del medio.
Entonces nos pegaremos a todo lo vivo y le chuparemos la sangre.
Eso es invasión. Eso es declarar la guerra. Eso es una lucha irracional, dijeron de la primera fila.
¡Supervivencia!, exclamó la presidenta y dio por cerrada la sesión.
Desde ese día, legiones de sanguijuelas fueron avanzando por el mundo. Avanzaron como tentáculos de pulpo y se pegaron a las plantas, a las raíces, a las escamas de los peces, al cuero de las vacas. Navegaron por desfiladeros, volaron bajo las alas de las aves anémicas. Se pegaron en las pantallas de los computadores, se incrustaron en los discos duros, bebieron la sangre de los insignes mandatarios hasta que el mundo enloqueció, famélico. Los mares se secaron, porque es sabido que no hay nada que dé mas sed que succionar sangre. Desde las alturas, Dios miraba a las sanguijuelas merodeando entre los terrones, como ejércitos vencidos que retornan a casa.
Cuando no quedó nada vivo sobre la faz de la tierra empezaron a chuparse la sangre entre ellas. Las más grandes fueron las primeras víctimas porque disponían de glóbulos apetitosos; las chicas se aliaban para beber en mayor cantidad y cuando lograban voltear a una obesa tenían banquete para un día entero, pero esos son detalles. La verdad es que a esas alturas las cosas no tenían demasiada importancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que a esas alturas las cosas no tenian demasiada importancia....

Besos D.... ando cansada con la llegada del frío

La Lechucita