jueves, 31 de diciembre de 2009

El tiempo, el espacio, el Juez Supremo y Lucifer

Hastiados el uno del otro, el tiempo y el espacio se las cantaron claras entre ellos; casi se van a las manos. El espacio dijo hasta aquí no más llegamos y el tiempo, lo mismo digo yo.
Acudieron al Juez Supremo; los echó con viento fresco, no sin antes advertirles: "Lo que unió Quien Habla, que nada lo separe".
¿Qué les quedó a los pobres? Divorciarse a la mala. Dicho y hecho: el Diablo los divorció.
En un santiamén se contrajo el espacio y quedó del porte de una bolita de miga, que se quemó en Los braseros de Lucifer; el tiempo entró a la Relojería Alemana y le encargó al aprendiz que le echara a andar para atrás el reloj. El aprendiz giró la cuerda al verre y el tiempo se esfumó de un zuácate.
Sin tiempo y sin espacio y no habiendo más que decir; solos en el vacío de la nada, el Diablo le guiñó un ojo a Dios y le confesó que era gay. Dios le respondió: ¿Me hai visto los higos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste recordar una película en que el tiempo andaba al revés
Otro abrazo

Anónimo dijo...

Jjajjajaja, grande como siempre

Desentonado