jueves, 29 de abril de 2010

Las cuatro razones del lobo

Después de comida, a la hora del licor y del cigarro, le preguntó el león a su amigo el viejo lobo por qué había vuelto al bosque. El lobo le dijo que cuatro razones poderosas lo instaron a tomar tan drástica determinación.
"Porque aquí hay comida fresca. En la aldea no vi gallina gratis y la que venden viene flaca y envasada", protestó. El león bebió un sorbo de coñac y siguió escuchando.
"La segunda razón es que el brumo me tenía los ojos como las berenjenas". El león echó humo de cigarro, asintió y recordó que en un viaje realizado a la aldea para tramitar una posesión efectiva le había sucedido algo similar.
"La última razón es que me cansé de viajar como sardina en el Metro". El león volvió a asentir, porque recordó que también había pasado por las mismas.
Días después el león sacó a su familia a disfrutar de un espectáculo nocturno. Cuando les cortaban los boletos el patricio se dio una elegante media vuelta y al sorprender correteando al cánido salvaje exclamó con sorna:
-¡Mírenlo al viejo en su elemento, persiguiendo caperucitas libremente por el bosque!

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