miércoles, 9 de enero de 2013

El diablo, el perro y el filósofo

Se cuenta que un perro famélico cansado de miserias y gatos flacos hizo pacto con el diablo. Aullábale a la luna cuando el de los cachos blancos le silbó de lejos. El perro trotó confiado y los dos se encontraron en un cruce del camino faltando diez para las doce.
Dijo el diablo:
-Qué quisieras a cambio de tu alma.
Como el perro no sabía lo que era el alma le contestó sin miedo:
-Me gustaría saber las cosas que piensa el hombre.
Ya iban a ser las doce cuando pasó un filósofo; el diablo se entusiasmó y le habló:
-Qué te place a cambio de tu alma.
El filósofo había llegado a quedar pelado de tanto estudiar el alma, y la materia no le entraba. Ante tamaña propuesta tiró la toalla y respondió con cautela, pero sin miedo:
-A veces me gustaría cavilar menos.
A las doce en punto el diablo montó su clásico show de azufre y se disolvió en la noche. Al perro se le llenó la cabeza de ideas y el filósofo se quedó mirando al animal como huevón.
Desde esa vez el perro y el hombre no se han vuelto a separar y moran juntos bajo un mismo techo, viviendo  encarcelado el uno y simplemente el otro; el perro lleno de imaginaciones y dicen que hasta corbata usa, el ex pensador echado a sus pies frente al sillón.
Moraleja: Conclusiones particulares no se hacen generales. La fábula trata de este hombre y de este perro. No significa que hoy todos los hombres y todos los perros sean así.

No hay comentarios: