Su Complemento entró al bosque vestido de ceremonia a eso de las seis de la mañana de un día martes 13, el Monje apareció desnudo a las seis y tres minutos. El Juez Supremo supervisó las armas que le presentaron los padrinos, dio su visto bueno y las pistolas fueron entregadas a los dos duelistas.
Contados los doce pasos, ambos procederían al primer canto del zorzal, esa era la regla primaria.
Cantó el zorzal; el Monje disparó directo al corazón, el rayo fulminó a Su Complemento.
Raniero Mancinelli lo levantó de la hojarasca, lo depositó en una caja adornada por dentro con papel de seda y subió al coche con la caja. Al recibir la señal, el cochero fustigó al caballo percherón y el conjunto se perdió en la niebla.
El Monje y Justino Metafórico invitaron a su propio coche al Juez Supremo; este declinó, arguyendo que prefería seguir escuchando el canto del zorzal. Tomaron entonces el sendero inverso y el bosque retornó a su estado original.